1.EC, Celiaquía
La Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición define a la Enfermedad Celiaca (EC, celiaquía) como una enfermedad sistémica inmunomediada (es decir, de carácter autoinmune) provocada por el gluten y las prolaminas relacionadas, en individuos genéticamente susceptibles y se caracteriza por una combinación variable de manifestaciones clínicas dependientes del gluten, anticuerpos específicos de EC que se demuestran en pruebas analíticas, haplotipos HLA DQ2 o DQ8 y enteropatía, produciendo inflamación y destrucción de la mucosa intestinal mientras se ingiera gluten procedente de TACC.
Recientemente han sido asociadas también a la Enfermedad Celiaca moléculas de tipo HLA-I, concretamente MICA y MICB, lo cual podría explicar la presencia de esta enfermedad en el pequeño grupo de pacientes con los HLA-DQ2/DQ8 negativos y que a la vez confirma la clasificación de la EC como enfermedad autoinmune.
Es decir, solamente la pueden desarrollar los individuos predispuestos genéticamente. Los demás, por mucho gluten que ingieran, podrían desarrollar otras patologías, pero nunca desarrollarán celiaquía.
Es una enfermedad con una elevada prevalencia, afectando entre el 1 y el 2% de la población mundial.
La celiaquía puede ser sintomática, subclínica, latente o potencial, pero siempre se presentará la predisposición genética, verificable mediante análisis.
Un desequilibrio en la microbiota intestinal producido por estrés, por tratamiento con antibióticos, por ingesta de alcohol, determinados fármacos, malos hábitos alimenticios, o por diversas infecciones (víricas o bacterianas) parece ser la causa de su aparición clínica en individuos predispuestos genéticamente.
2. SENSIBILIDAD AL GLUTEN NO CELIACA (SGNC)
Síndrome aceptado desde el año 2012. No hay ningún tipo de prueba que permita su diagnóstico, de tal forma que éste se produce por la desaparición o disminución importante de una determinada clínica cuando se suprime el gluten procedente de los TACC. Es un trastorno mucho más frecuente que la celiaquía, afectando, según diversas publicaciones a un 6-13% de la población.
Así pues, estamos ante una patología con síntomas muy poco específicos, que pueden ser parecidos a la enfermedad celiaca, es decir, puede presentar tanto sintomatología intestinal como extra intestinal, afectando a otros órganos, pero nunca habrá destrucción del epitelio intestinal, como sí ocurre con la celiaquía.
Al ser sus síntomas tan poco específicos, se pueden confundir a nivel digestivo con los que se producen en el Síndrome de Intestino Irritable (SII): diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, flatulencia, etc.
Las causas de esta enfermedad todavía no están delimitadas. Sabemos también que más del 20% de estos pacientes presentan alergias mediadas por IgE a diversos pólenes, ácaros, parietaria, pelo de perro o gato, crustáceos o níquel y aproximadamente el 35% sufre alguna intolerancia digestiva (fundamentalmente a la lactosa).
Pero en los cereales, además de gluten hay otros compuestos que pueden resultar problemáticos para algunas personas: los FODMAP, la aglutinina del germen de trigo (WGA) y los ATI.
Los FODMAP son diversos tipos de carbohidratos (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles) presentes también en los cereales (y otros muchos alimentos), que sufren una fermentación en el tracto digestivo y por tanto aún siendo beneficiosos para la microbiota intestinal, esta producción de gases podría producir molestias exclusivamente digestivas, pero nada más, por tanto, los FODMAP no justifican ni los síntomas extra intestinales ni la activación inmune.
La WGA no parece reportar mayores problemas en el pan o la pasta cocinada, en parte porque la temperada y la fermentación reducen su concentración y en parte por la dificultad de su absorsión sistémica.
Sin embargo, los inhibidores de la amilasa y de la tripsina (ATI), presentes también en el trigo, y que tienen naturaleza proteica, pueden desencadenar una reacción inmune que por sí misma originará sintomatología o empeorará síntomas ya existentes producidos por otras enfermedades crónicas, como la esclerosis múltiple, el lupus, la enfermedad de Crohn, el asma o la artritis reumatoide entre muchas otras.
Se están publicando cada vez más trabajos científicos sobre los ATI, existiendo ya evidencia de que pueden provocar en algunos individuos el desarrollo de inflamación en tejidos distintos del intestino, como los ganglios linfáticos, riñones, bazo e incluso cerebro.
Recientemente se ha publicado un estudio que cambia totalmente la visión de esta enfermedad, apuntando a que la verdadera causa de la SGNC son los ATI y no el gluten de los TACC, por lo que los autores de este trabajo piden un cambio en el nombre de esta patología.
3. ALERGIA AL GLUTEN
En lugar de alergia al gluten se la suele conocer como “alergia al trigo”.
Es la manifestación menos frecuente. Está mediada fundamentalmente por inmunoglobulinas E (IgE) y los síntomas aparecen muy poco tiempo después de haberlo ingerido, respirado o estado en contacto con él.
Puede producir síntomas intestinales, respiratorios y cutáneos.
Se diagnostica fácilmente mediante las llamadas “pruebas de alergia”, al igual que las demás alergias (polen, ácaros, etc).
Especialista en Bioquímica Clínica.
Miembro de la Federación Internacional de Medicina del Deporte.
Director Científico de Infisport
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