Me suena el despertador, abro los ojos, son las 7 de la mañana. ¡Ha llegado el día! ¡Primera competición! Y me estreno con una gran competición… ¡Series mundiales de Berlín! Desde marzo no competía debido a la Covid, no veía el día en poder volver a hacer lo que tanto me apasiona… ¡tirarme a la piscina a competir! Nervios, dudas, miedo, euforia, felicidad... una mezcla de emociones y sentimientos recorrían mi cuerpo y no sabia ni qué sentía, eso sí, contenta de volver a notar estas sensaciones.
Voy a desayunar. En las competiciones siempre como sano pero lo que me apetece, ya que lo importante es que me siente bien y no tener ningún tipo de malestar. En este caso, elegí yogur desnatado con miel, avena y plátano. También un café para activarme.
Voy hacia la piscina, me gusta llegar unas 2 horas antes para mentalizarme de la prueba que voy a nadar y calentar bien. Los nervios van aumentando porque se acerca el gran momento, pero estoy contenta y con muchas ganas.
¡100m. libres! Esto es lo que tengo todo el rato en la cabeza. Lo primero que hago una vez me he puesto el bañador es un calentamiento en seco con estiramientos cortos, para ganar un poco de movilidad. La hidratación es súper importante, por lo que no me olvido a ir dando pequeños tragos durante todo el día a mi botella de agua con ND4® de Infisport. Al terminar, realizo una serie de ejercicios establecidos por mi entrenador que los llamamos: prevención de lesiones. Esta parte es muy importante, ya que prepara y activa mi cuerpo para el esfuerzo máximo y reduce la posibilidad de lesión.
¡Ya es hora de tirarme al agua! Un momento clave de percepción de sensaciones previas a la competición. La natación es un deporte donde las percepciones juegan un papel clave a nivel físico y psicológico, ya que estamos en un medio distinto: el agua. No suelo realizar un calentamiento largo en el agua, después de tantos años de experiencia se lo que me va bien. Empiezo poco a poco y a medida que pasan los metros voy un poco más rápido para que mis pulsaciones aumenten y así conseguir activarme mejor. También realizo una parte de técnica y control postural, ya que para mi lo más importante es nadar técnicamente bien para poder aplicar la fuerza correctamente: flotabilidad, posición del cuerpo, rotación de tronco, orientación de la mano dentro del agua, tracciones, control de piernas, respiración, etc.
Al finalizar, salgo del agua, me pongo la mascarilla y ahí es donde mi cabeza empieza a dar más vueltas: después de tantos meses influidos por la COVID, ¿lo hare bien?... son las eliminatorias, pero debo ir a por todas.
Me pongo el bañador de competición ¡que no es un bañador normal!, tiene que ir apretado para que no entre agua. Está elaborado con un tejido especial para reducir la fricción, repele el agua y mejora la flotabilidad. No tardo en ir a la cámara de salidas, que es el sitio donde nos reunimos todas las rivales justo antes de competir y nos preparamos para la prueba.
Ahora sí: corazón a mil, nervios que recorren todo mi cuerpo, concentración y visualización mental de como debo nadar los 100 metros libre, ¡es mí hora! ¡a por las eliminatorias! Calle 6. Subo al poyete y me preparo para saltar.
Take your marks. ¡¡PIIIP!! Salto, me deslizo de forma subacuática realizando patadas de mariposa hasta los 12 metros aproximadamente. Importante, la primera brazada no respires! ¡bien! Sigo nadando a una velocidad alta con un esfuerzo del 95% hasta el metro 45, intentando que las piernas no sufran mucho ya que estas acumulan la mayor parte del acido láctico.
La respiración siempre cada 4 brazadas. Aprieto un poco para realizar el giro (viraje) de forma muy rápida para no perder tiempo. ¡AHORA! A partir de ahí es cuando mis piernas van al 110%, apretó al máximo hasta llegar a la pared, pero…madre mía, aún quedan 25 metros y voy agotada, ¿llegare a la pared...? Es de los peores momentos para cualquier nadador en competición, los últimos metros hasta el fin de la prueba. Ahí la importancia de realizar buenos entrenamientos de lactato para poder aguantar sin perder velocidad y que tu cuerpo responda bien. Sigo apretando los dientes y sufriendo. Los últimos metros.. ¡no respires! Bien!. Al llegar me giro, miro el crono que hay al fondo para saber la marca y si me he clasificado para la final. Woooow ¡muy buena marca! 1.04.57. No me lo esperaba para nada. ¡Primera de mi categoría y 3ª por multidisability! Tan solo me he quedado a unas décimas de la mínima B para los Juegos Paralímpicos de Tokio.
NO ME LO ESPERABA DESPUÉS DEL PARÓN POR LA COVID ¡ESTA TARDE A POR LA CLASIFICACIÓN!
Los deportistas paralímpicos competimos por categorías dependiendo de la discapacidad, para que así todos los rivales dentro de una misma categoría estén en igual de condiciones. Yo soy la categoría s9. En competición “multidisability” se unen todas las categorías, y gana quien se aproxime más al récord del mundo o en este caso a una tabla realizada con la competición a partir de tiempos de su propia categoría con un sistema de puntos.
Nada más terminar, me hago un batido de Complex 4:1 para recuperar. Además, suavizo un poco para eliminar de los músculos el lactato acumulado y reducir el tiempo que se queda en el organismo. Hablo con mi entrenador. He nadado bien técnicamente, pero el primer 50 ha sido alguna decima más lento de lo normal, por lo que esta tarde tendré que apretar más al principio.
¡Hora de descansar! Como y me echo una siesta.
¡Vuelta a la piscina! Tengo ganas de competir, pero noto que mi cuerpo esta cansado de las eliminatorias de la mañana. Los deportistas estamos constantemente midiendo nuestras percepciones físicas.
Misma rutina exacta de calentamiento que por la mañana. Aunque no me noto mal, siento que mis sensaciones podrían ser mejores. A veces, la cabeza nos juega una mala jugada y tenemos que ser fuertes y saber controlar las percepciones y las emociones.
Después de muchos años me conozco, y no se si es por psicología inversa o porque, pero siempre que no me noto del todo bien luego me sale genial. Eso sí, soy de las competidoras que cuando salto a la piscina me transformo y doy ese plus que ni yo misma se que tengo.
¡30 minutos para competir! Por la tarde siempre tengo preparado un extra y me tomo un GEL ORAL para que me aporte esa energía inmediata que necesito con carbohidratos, glutamina, cafeína, taurina y más vitaminas. ¡Vamos!!
Normalmente por la tarde tengo esa chispa extra de motivación y ganas ya que me juego una medalla o en este caso realizar la mínima B. ¡la motivación es la clave del éxito!
Ya me toca. Activación máxima y nervios, ganas de comerme la piscina, pero sobre todo, concentración y confianza.
RECTA FINAL: A POR LOS JUEGOS DE TOKIO 2021
Calle 3. Take your marks. ¡PIP! Salto potente, subacuático, primera brazada sin respirar, y ahora es cuando debo apretar un poco más que la mañana para mejorar esas décimas que había hecho mal tácticamente. Cuando voy nadando todo son sensaciones y no sé si realmente voy más rápida, pero al menos mi percepción es que voy más rápida. Viraje, subacuático, primera sin respirar, y ¡a sufrir! Toco la pared y… 1.03.92!! ¡¡Mínima B para los Juegos de Tokio y una marca muy buena!!
¡¡Nunca había hecho una marca tan buena en este momento de la temporada, qué contenta!! Vuelvo a las gradas con mis compañeros. Felicitaciones, el seleccionador del equipo español me da la enhorabuena, mil mensajes de mi familia y amigos... lo celebro con todos, en especial con mi pareja, también nadador José Antonio Marí.
Había superado con creces las expectativas para esta competición. No hay nada más gratificante que el esfuerzo y dedicación de tantas horas diarias de sacrificio tenga su recompensa. Ahora aun estoy más motivada y con más ganas para el gran objetivo de este año. ¡VAMOS! ¡A POR LOS JUEGOS DE TOKIO 2021!.
Sarai Gascón I Ambassador Infisport